lunes, 23 de mayo de 2011

Del Igual Modo.

             Es importante resaltar que, la escuela tradicional ha estado marcada por una visión tecnocrática con una orientación hacia la competitividad y la productividad como elementos de un paradigma positivista, generando una escuela reproductora, memorística, centrada en programas, en planificaciones estadísticas, repetitivas, con un currículo descontextualizado tal como lo señala el Ministerio de Educación (1999). En tal sentido estos elementos han orientado la construcción de una planificación que responde más a una exigencia administrativa, que a los requerimientos y necesidades del educando lo que crea una gran brecha entre lo que es o debe ser la planificación y lo que verdaderamente favorece al alumno como ser único e irrepetible. Trayendo como consecuencia altos índices de repitencia, deserción escolar y estudiantes que no pueden apropiarse de los conocimientos que son tratados como educandos con dificultades de aprendizaje por no responder a estrategias generalizadas, poco contextualizadas, sin metas claras y definidas que son producto de la inmediatez.
                En lo que se refiere a la planificación del proceso enseñanza-aprendizaje, es necesario siempre tener en cuenta las condiciones que rodean a la escuela. Más aun, según propone Pérez (1999:91) es tarea del Estado y de la sociedad aunar esfuerzos para compensar las ausencias y desventajas estructurales de las escuelas insertas en comunidades de menores recursos proveyéndoles de bibliotecas, comedores escolares, salas de computación, canchas deportivas, lugares para investigar, actividades extra escolares atractivas, entre otros. Se trata de superar el fracaso y evitar la exclusión, así como de fortalecer los ambientes escolares que posean condiciones adecuadas para atender las necesidades de los alumnos que se benefician de ellos.
                Así mismo, es política de la Reforma Educativa la inclusión de la familia y la comunidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En este sentido se puede obtener un doble beneficio: en primer lugar la integración del muchacho en el medio social que le rodea fomentando los valores de participación ciudadana y democracia tal como se conciben en el marco jurídico que sustenta el Currículum Básico Nacional; en segundo lugar, el beneficio a la comunidad en función de los cambios que puedan generarse desde las actividades escolares y los cambios estructurales que se lleven a cabo en la escuela (ejemplo: los comedores escolares que benefician tanto alumnos como comunidad).


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